
Buenas tardes amigos, esta misma tarde me enfunde en mi chaqueta ochentera y mis zapatillas deportivas y me monte en mi Onix para dar un agradable paseo.
Aquí ante vosotros, esto es la antigua estación de mercancías de mi ciudad, ha sido uno de los destinos al que he querido acudir pues es una carretera secundaria tranquila que con el sol bajo arroja sobre mi cara el aroma de la humedad marina que me llega detrás de sus colinas.

En este lugar decidí hacer una pausa para ver como la puesta de sol nos permitió a mi Onix y a mi observar esa belleza natural que a velocidad de Moby es tan agradable de disfrutar.
Ver como los últimos rayos de sol descienden en la vías y se reflejan en sus raíles, la estación es sinónimo de viajes y de esperas, siempre me parece nostálgico ver una estación pues le da un toque bonito a ciertos lugares, pero en concreto ésta, está casi en medio de la nada y cuando quiero ver trenes tengo la ventaja de poder verlos pasar por aquí.

Era gracioso ver a los viajeros del cercanías pasar y ver la Onix y poner sonrisas en sus caras, supongo se preguntarían que hacíamos ahí, aquí hay muchos lugares fantásticos lejos del trafico inmediato para circulas y el caso es con asfalto o sin el, la Onix se siente como en su casa, sube, baja sin rechistar con la alegría que su motorcito le proporciona llevándome a través de los sendos lugares con posibilidad de disfrutar de todo sin preocuparte de su velocidad, ni de sus limitaciones, aquí amigos, las Mobys mandan !!! pues son caminos y carretera por donde incluso algunas motos tendrían difícil pasar, pero por ahí por donde otras no pueden, las Mobys que son autenticas todo terreno pasan sin problemas.

Es increíble, pero no extraño amigos, que se pueda hacer esto y pensar a la vez que con otras motos o ciclomotores la sensación podría ser similar, pero me temo que habiendo tenido otras motos y haberme movido mucho, no he podido equiparar la paz, la simplicidad, la manera en la que el ocio se despide por tu cuerpo y lo único que puedes tener en la cara es una sonrisa.
Esto amigos, es lo que yo 25 antes esperaba que fuese disfrutar de una Onix, de aquel ciclomotor simpático que aparecía rodeado de chavales jóvenes hablando de la marcha, el disfrute y las chicas.
Aquel ciclomotor que nunca estuvo entre los Vespinos y las Variant, pero que a mi como a muchos jóvenes de mi época me gano por el hecho de ser diferente, como diferente soy yo y he sido siempre.
Quizás y lo digo en ámbito gracioso los que nos gustan estas motos seamos especiales, o quizás nos llamen locos, pero sin duda la clave aquí es la felicidad, esa cosa tan complicada que pocas cosas la proporcionan y quizás en esto nosotros tengamos suerte.
Amigos, esta ha sido una salida muy especial y he querido compartirla con vosotros, habrá más y espero que alguna pueda ser acompañado, pues de que sirve la felicidad, si no puedes compartirla.
Un saludo compañeros . David c.s.